Año Jubilar de la Misericordia

20 de septiembre de 2014

Recursos catequéticos para el Domingo XXV del Tiempo Ordinario

La parábola de los jornaleros de la viña o de la recompensa igual para un trabajo desigual, que leemos en el Evangelio, nos habla, en resumidas cuentas, de la grandeza del corazón de Dios, que se parece a aquel propietario de una viña que se compadece de los obreros sin trabajo y paga por igual a los últimos y a los primeros. Y es que, a decir del profeta, los pensamientos de Dios no son como los del hombre, ni sus caminos son los nuestros. El tiene un corazón mucho mayor que el nuestro. Pablo, por su parte, nos viene a decir lo que debiera ser para nosotros lo único importante: “Para mí, la vida es Cristo”. Todo lo demás, el dinero, el trabajo, el poder, las cosas… son meramente accidentales.
Amigos, dejémonos cambiar el corazón por la Palabra de Dios.